Cada día, con más frecuencia e intensidad, estamos siendo testigos del avance tecnológico relacionado con la Inteligencia Artificial, el que ya ha demostrado modificar de manera significativa, y tal vez irreversible, nuestra vida cotidiana tal cual como la conocemos.

En este contexto, es importante entender que la IA no es una herramienta mágica que resuelve cualquier problema que se le presente por sí sola. Más bien es preciso comprender que no es más (ni menos) que una poderosa herramienta programática, es decir un tipo especial de programa computacional, que en su estructura interna tiene la propiedad de mejorar progresivamente su funcionamiento a través de lo que se conoce como Aprendizaje de Máquinas (Machine Learning) y Aprendizaje Profundo (Deep Learning). Este tipo de aprendizaje especializado de las máquinas es un aprendizaje de tipo probabilístico, es decir, responde o da respuesta a los requerimientos que se le hacen, sobre la base de un entrenamiento previo necesario que es preciso hacer, enfrentando a la estructura del programa (que se conoce como “red neural”) con una amplia gama y diversidad de estímulos, objetos, textos, fotografías, videos, audios, descripciones, relaciones, asociaciones, clasificaciones, etc., de modo que, posteriormente, la maquina pueda aventurar una respuesta bastante precisa a una pregunta, sobre la base de la información y las relaciones de la información a la que ha sido expuesta y entrenada.

La ventaja y poder superlativo que posee esta herramienta es que, a diferencia de la capacidad atencional y de memoria humana, las máquinas pueden acceder a una inmensa cantidad de información, como puede ser a todos los datos almacenados en la web hasta la actualidad, y de manera muchísimo más rápida que un cerebro humano ya que sólo depende de la velocidad de procesamiento que los computadores de ultima generación poseen.

En el contexto educativo, va a ocurrir algo similar (pero mucho más dramático) de lo que ocurrió hace unas tres décadas en Chile cuando llegaron, por primera vez, los computadores al aula. Mucho/as profesore/as, quizás la mayoría de ello/as, se resistieron a abandonar los métodos de tiza y pizarrón que hasta esa fecha había sido la norma por décadas. El resultado fue que poco a poco, paulatinamente, los computadores se impusieron, los trabajos de investigación o las tareas comenzaron a ser escritos en Word e impresos en papel, y lo/as profesore/as comenzaron a usar PowerPoint, incluir imágenes, audios y videos, para hacer sus clases expositivas más versátiles, entretenidas y al ritmo de lo que su estudiantes comenzaban a adoptar como parte natural y cotidiana en sus vidas. Se comenzaba a establecer la denominada “generación de nativos digitales”.

Al poco andar, ocurrió la llegada de internet provocando la segunda revolución de la era digital. Su impacto en la educación fue aún mayor que la llegada de los computadores. Se abría ahora el mundo y la interconexión global. Lo/as así llamado/as “nativo/as digitales” no tuvieron problema en adaptarse a la nueva modalidad de los tiempos, pero en el profesorado, ocurrió algo similar (pero más intenso) de lo que había ocurrido con la primera revolución.

Y ahora, nos encontramos con la tercera revolución, a menos de un par de décadas de que abrazáramos la segunda, el mundo tecnológico y los computadores nos sorprenden con la Inteligencia Artificial. ¿Qué va a pasar ahora con lo/as docentes y la educación? Algo similar, pero esta vez, mucho más drástico. La Inteligencia Artificial no va a reemplazar a lo/as profesore/as, pero los profesores que no aprendan a usar la Inteligencia Artificial en su propio beneficio como herramienta de planificación y desarrollo educativo, van a quedar rezagados. Así como en la naturaleza y la evolución existe la selección natural, en estos otros existe la selección artificial. Sea como sea, el mecanismo es similar, la ausencia de flexibilidad, adaptación y aprendizaje a las nuevas condiciones, va dejando atrás a los modos previos.

Pero como decíamos más arriba, la Inteligencia Artificial no es nada sin una Inteligencia Natural que la guíe, que le diga lo que quiere, que establezca sus limites, su profundidad, su alcance y su propósito. En este campo, la imaginación es el límite. Pero se requiere aprender el lenguaje que entienden las máquinas, y no nos referimos al lenguaje de programación, sino al modo en que las máquinas han sido entrenadas actualmente para entender el lenguaje humano y simular nuestro manera de interactuar. Esto último entra en un ámbito que se conoce como LLM (Large Language Models, por sus siglas en inglés), o Modelos Amplios de Lenguaje, los que están en permanente desarrollo y perfeccionamiento para hacer más fluida y comprensible la interacción conversacional humano-máquina, la que ponemos a prueba, por ejemplo, cada vez que interactuamos con ChatGPT, o con cualquier aplicación que utiliza instrucciones verbales, comandos, o “prompts” para procedre con las tareas encomendadas.

En la Ecoescuela Científico Ambiental Isla Robinson Crusoe, vamos surfeando en la cresta de la ola de este desarrollo tecnológico de la Inteligencia Artificial, pensando en la utilidad y beneficios que podemos obtener de ella, aplicada a la educación y a los procesos de enseñanza aprendizaje.

Presentamos aquí tres aplicaciones para pc y celulares, que hemos desarrollado utilizando herramientas de Inteligencia Artificial, aplicadas para uso educativo. La primera se llama: “Entrevistas con la Historia” y consiste en un aplicación que permite ingresar el nombre del personaje histórico que desees, para hacerle cualquier pregunta que se te ocurra acerca de su vida, sus logros y desafíos, aspectos de su infancia o juventud, o su opinión respecto de algo concerniente al rol que tuvo su figura en la historia universal.

La segunda aplicación se llama: “Profesor de Ciencias: Explora y Descubre las Maravillas del Mundo Natural”. En esta caso, la aplicación contiene a un profesor virtual, experto en ciencias naturales y en un amplio espectro del conocimiento de las ciencias en general. También es experto en pedagogía y didáctica, por lo que entiende como comunicar y explicar de la mejor manera las preguntas que le hagas. Además de la respuesta, el Profesor de Ciencias virtual te indica una serie de referencias bibliográficas para que puedas continuar con tu investigación del tema consultado.

Y la tercera aplicación está pensada en lo/as profesore/as y es una herramienta de apoyo a la planificación docente de clases. Aquí, el/la profesor/a debe ingresar el contenido de la clase que desee planificar; el nivel, grado, o curso al que está dedicada la clase, y el número de sesiones de 45 minutos que tiene pensado dedicar al tema. La aplicación, a la que hemos denominado: “Planifica tu Clase”, les entregará de vuelta una sugerencia de planificación de clases; un Quiz o cuestionario de preguntas con sus respectivas respuestas del tema; una actividad de laboratorio o práctica complementaria; una lista de videos de consulta; y un conjunto de referencias bibliográficas pertinentes al tema.

Te invitamos a conocerlas y a probarlas aquí: