PROYECTO EDUCATIVO ECOESCUELA CIENTÍFICO AMBIENTAL
Los seres humanos poseemos capacidades y habilidades estupendas, para poder convivir en complicidad con la naturaleza. Convivir significa respetarnos, independiente de nuestras diferencias de parecer, respecto del mundo en donde vivimos. Cualquiera sea la visión del mundo que tengamos, por el sólo hecho de ser seres humanos (de la clase que queramos ser), seguimos siendo seres humanos. Seguimos siendo iguales.
A otra escala, sostenemos otra hermandad, la hermandad de los seres vivos que pueblan este planeta. Junto a los demás seres vivos, por el solo hecho de compartir este rasgo, somos iguales. Puede que todo lo demás, nos haga diferentes, Pero estas dos igualdades, nos unifican, nos conectan, y nos comunican.
Enseñar significa mostrar. Mostrar y contar. No hay falla en el mostrar, en apuntar a algo que está más allá, pero en el contar se entrelazan nuestras creencias, deseos, y también nuestras carencias.
Sobre verdades compartidas como estas, se pueden construir edificios sinceros. De compromisos de afecto en nuestra calidad de iguales. Con nosotros y con la naturaleza. En la sinceridad de la comunicación clara, la bondad y la maldad se revelan por sí mismas, no es necesario escenificarlas. En este edificio sincero, hecho de lo que ves es lo que es, nadie quiere quitar a nadie la igualdad que tenemos con la naturaleza, y con nosotros.
Plasmar este edificio en un Proyecto Educativo, significa mostrar y contar las historias que apunten a lo que es visible, y no a lo que se dice de lo que se muestra. Las historias educativas, deben ser metáforas de lo que no se ve (o no sabemos), pero que Intentamos saber qué es. A través de lo que se dice que es. En otras palabras, todo es una hipótesis, independiente de cuán cierta nos pueda parecer.
Narrativamente, estas historias educativas, equivalen a la clásicas enseñanzas a través de parábolas, en donde lo que se quiere decir (el mensaje), está oculto o representado, en los componentes y el devenir de la historia que se cuenta. En el fondo, no importa tanto la historia que se cuenta, sino más bien, la eficacia de ésta en enseñar (mostrar) algo distinto y más importante que la apariencia, y que, es a fin de cuentas, lo que se quiere comunicar.
Para la EcoEscuela Científico Ambiental, estas historias educativas, contienen a las asignaturas, o a las materias. Las mismas que considera el currículo escolar priorizado, pero con dos grandes diferencias. En general, no están organizadas necesariamente con la misma cronología, y en segundo lugar, quizá la diferencia más importante, las asignaturas o materias, no se enseñan como tales, bajo ninguna categoría temática, como “los ramos”, porque las metáforas educativas, hacen uso combinado de todos ellos, para enseñar algo más esencial. Cada parábola educativa contiene una cantidad variada de temáticas, ejemplos, y experiencias, que van narrando la historia de una búsqueda, más que de los descubrimientos. Los descubrimientos, serán utilizados para iluminar el camino que ha seguido este proceso de búsqueda.
Así, por ejemplo, la historia de la Evolución, nos cuenta que, en el proceso en que los mamíferos comenzaban a aparecer a partir de un grupo particular de reptiles, la mandíbula de estos últimos, pasó, de tener 6 huesos involucrados, a tener sólo uno, nuestro hueso llamado el dentario, (el que lleva a los dientes), rasgo que compartimos con todo el resto de los mamíferos que pueblan este planeta. ¿Qué fue de los demás huesos?! Quizás, nos sorprenderá saber que, 3 de estos huesos originales, ubicados en la mandíbula de los reptiles, y usados para morder y masticar, se transformarán, en los actuales huesecillos del oído medio, conocidos como el martillo, el yunque y el estribo, de tamaños cercanos al de un grano de arroz, y que, en todos los mamíferos, entre ellos nosotros, forman parte de nuestro delicado sistema de audición, a base de vibraciones mecánicas. What!!!???
¿Cómo es que una transformación tan maravillosamente delicada, y al mismo tiempo inconcebible, puede llegar tener lugar? Todo esto, en periodo de… 300 millones de años!
El hecho de que podamos oír, depende de un proceso increíblemente largo y sorprendente en sí mismo, y que, conocerlo, nos ayuda a situarnos en el lugar que nos corresponde. En igual maravilla y gratitud, por poder existir junto al resto de las criaturas que pueblan este planeta.
En esta historia educativa, se entrecruzan materias, disciplinas, ramos, o asignaturas, como la mecánica, la física, las matemáticas, el concepto del tiempo, la conducta de alimentación, la energía, la transformación de la materia, la química de los alimentos, los procesos digestivos y su rendimiento, células, reacciones químicas, y en fin, en cada escala es posible encontrar innumerables interconexiones cruzadas a enseñar. Historias como las de los huesecillos del oído medio, es una de tantas, cada minúscula etapa de la historia particular de plantas y animales, en este planeta, contiene incontables ejemplos.
En comparación y contraste, mientras a un grupo de reptiles le tomó 300 millones de años en transitar hasta un mamífero cómo nosotros, a un gusano-oruga, con un poderoso aparato para la masticación de hojas (hablando de mandíbulas), le toma poco menos de 30 días transformarse en una mariposa, que succiona el néctar de una flor con un aparato que asemeja un popote, una especie de pajita de bebida, compuesta de varios filamentos, que se estiran y juntan para extraer el suave néctar que constituye ahora, su nuevo alimento, y que se enrollan y guardan por debajo de la cabeza, cuando no se usa. Y que, además, es capaz de volar. What!!!???
En esta segunda parábola educativa, derivada de la primera, y que estamos usando para ejemplificar y describir el Modelo Metodológico Didáctico de la EcoEscuela Científico Ambiental, se entrecruzan: la química del cuerpo, los procesos que llamamos metabolismo, de nuevo la nutrición y la energía, la alimentación, pero también el desarrollo y la transformación de los seres vivos en el corto plazo, proceso al que conocemos como comúnmente como, Metamorfosis.
La más leve profundización en los detalles de cualquiera de estas dos historias, nos puede llevar a explorar los principios y fundamentos de todas las ciencias, las llamadas exactas, y las llamadas sociales, la filosofía, el arte, la estética, y la historia universal. No olvidemos que, el comercio de la seda, el hilo conductor con el que se construye el capullo de gusano de la seda mientras se transforma en mariposa, vertebró por cientos de años la historia humana en la época de nuestros, no tan lejanos, antepasados. No nos olvidaremos tampoco, de que las mariposas vuelan, y en sus alas se dibujan sorprendentes diseños de colores, resultado de ocultos patrones matemáticos de interacción de partículas con la luz. Arte matemático natural. Y si del vuelo queremos hablar, se nos viene inmediatamente Leonardo Da Vinci como anfitrión estelar.
Con este tipo de modelo de enseñanza-aprendizaje, ni siquiera nos interesa saber cuál pudo haber sido nuestro “verdadero” origen, porque lo que podemos aprender ahora, y en cualquier momento, contiene mucho más que este único saber. Y principalmente, porque es también cierto, que otros decidirán tener, querrán tener, o creerán tener, un origen especial, que nos diferencia, y nos separa. Y que puede que hasta lo defiendan (o quieran imponer), por la sumisión, la fuerza, la guerra, o la permanente confrontación. Y respecto del final, ya sabemos cuál es, le llamamos muerte. Aunque puede que tampoco sea tan final. No sabemos. Pero inevitablemente, lo sabremos. ¡Qué misterios más insondables por descubrir!
No queremos defender nada, sólo indicar el procedimiento, e iluminar el camino que ha tenido la búsqueda emprendida. Y aprender de aquí, lo necesario para vivir en concomitancia y complicidad con nuestro entorno, con nuestros iguales, y con nuestro ambiente.
La única guerra que sostenemos, es aquella en contra de nuestras propias debilidades. Una guerra sin cuartel para que no se nos olvide o, descuidadamente, pasemos por alto, estos preceptos fundacionales. Con el propósito de ser buenas personas. Para querer y cuidar a la naturaleza y al prójimo. Y a los hijos e hijas de los demás, como si fueran nuestros propios hijos e hijas. Por quienes queremos siempre lo mejor. Es la vocación del profesor.
Por eso no queremos hacer la guerra con nadie, porque eso destruye a uno, a otro, a los dos, o a millones. No hay paz en la guerra. Por eso no es relevante para nuestro hoy, ese color o este otro, este sabor o aquel de allá, la ideología de usted o la de aquel. Este partido político o ese otro.
No representamos, ni defendemos, pensamientos ni ideologías, y no queremos imponer a nadie nuestra ideas. Pero las podemos mostrar, enseñar y compartir, si te causan curiosidad, o interés, si te hacen sentido, o tan solo si quieres explorar el conocimiento que encuentres en ellas. Todos podemos ser curiosos exploradores de nuestra propia existencia.
Nos parece que esto, refleja de manera satisfactoria nuestro Proyecto Educativo. Involucra visión, misión, propósito, método, y contenido. Cada estudiante avanza en profundidad y variedad de contenidos, guiados por su propia curiosidad, exploración y capacidad, de acuerdo a su propio parámetro de crecimiento y desarrollo, independiente de la edad, y no necesariamente bajo la categoría de un curso, en el sentido estricto tradicional de grupos de estudiantes de similar edad.
En la EcoEscuela Científica Ambiental, todos aprendemos juntos. Y todos podemos enseñarle a los demás. De hecho, es cuando enseñamos, cuando más aprendemos. Porque nos permite darnos cuenta de qué es aquello que no sabemos. ¿Por qué negarle, entonces, esta posibilidad a los estudiantes, aprendiendo y enseñando(se) mutuamente?
Cada una de las historias educativas, además de su componente narrativo, cuenta con un conjunto de experiencias, que, además de tener el mismo propósito metafórico de las parábolas, aquí involucran los sentidos, la motricidad, la interacción, el encuentro físico, la experimentación, y el descubrimiento, guiados ahora por la curiosidad de la exploración integrada, al transitar entre lo que solemos llamar: la mente y el cuerpo. La mente con las ideas, las que guían al cuerpo con nuestra acción.
Incorporando este componente didáctico y metodológico final, nos parece que podemos cerrar, con broche de oro, o con tranquilidad, el círculo completo que describe y explica el Modelo Educativo que la EcoEscuela Científico Ambiental propone implementar.
El Modelo incluye cursos y talleres de formación para futuros docentes activos en esta metodología, los que participarán de igual manera, y bajo los mismos principios, de una experiencia y formación educativa, conceptual y metodológicamente, equivalente, con el propósito de convertirse en educadores ambientales bajo la metodología descrita.