
La protección de los hábitats y las especies marinas en los océanos y mares del mundo se conoce como conservación marina. Implica reducir actividades humanas como la sobrepesca, la destrucción del hábitat, la contaminación, la caza de ballenas y otros problemas que influyen en la vida y el medio ambiente marinos, además de proteger y restaurar especies, poblaciones y hábitats.
La aplicación de la investigación para hacer frente a los retos de la conservación se denomina biología de la conservación marina, que es una palabra similar que se puede encontrar.
En las décadas de 1960 y 1970, la gente empezó a ser más consciente de sus efectos sobre el medio ambiente. Al mismo tiempo, Jacques Cousteau utilizó la televisión para dar a conocer las maravillas de los mares. Más personas comenzaron a explorar el medio ambiente submarino a medida que avanzaban los equipos de buceo. El público quedó cautivado por las grabaciones de cantos de ballenas, que también ayudaron a la gente a identificar a las ballenas como criaturas sensibles y dieron lugar a una moratoria de la caza de ballenas.
En los años setenta también se aprobaron en Estados Unidos leyes relativas a la sobrepesca (Ley Magnuson Stevens), la limpieza de las aguas (Ley de Aguas Limpias), la protección de las especies en peligro (Ley de Especies en Peligro) y la creación de un programa nacional de santuarios marinos (Ley de Protección, Investigación y Santuarios Marinos). Para limitar aún más la contaminación de los océanos, entró en vigor el Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques.
La Comisión de Política Oceánica de EE.UU. se creó en 2000 para “elaborar recomendaciones para una nueva y amplia política nacional sobre los océanos”, ya que las cuestiones relacionadas con los océanos han recibido más atención en los últimos años. Como resultado, se creó el Consejo Nacional del Océano. Esta organización es responsable de llevar a cabo la Política Oceánica Nacional, que establece un marco para la gestión del océano, los Grandes Lagos y las zonas costeras. También promueve una mayor coordinación entre los organismos federales, estatales y locales encargados de la gestión de los recursos oceánicos y el uso eficiente de la planificación espacial marina.
Para proteger la vida marina pueden utilizarse leyes como la de protección de los mamíferos marinos y la de especies en peligro de extinción. Además, puede lograrse mediante la creación de áreas marinas protegidas, la investigación de las poblaciones mediante estudios de las mismas y la reducción de la actividad humana con la intención de restablecer su número.
La divulgación y la educación son componentes cruciales de la conservación marina. Al final, sólo protegeremos lo que amamos; sólo amaremos; y sólo comprenderemos; lo que nos enseñan, según una conocida cita de educación ambiental del conservacionista Baba Dioum.