El término Ecosistema está formado por dos palabras, ECO, que es una abreviación de la palabra ECOLOGÍA o ECOLÓGICO; más la palabra SISTEMAS. En palabras simples, ecosistemas significa “sistemas ecológicos”, aunque para entender mejor el término, debemos profundizar un poco en aquella parte de la palabra que es “ECO” (y que, en este caso, no tiene nada que ver con el rebote de las ondas de sonido), y un poco más, en la palabra “SISTEMAS”.

El término ECO, proviene de una palabra griega que es OIKOS, y que significa algo así como lugar de residencia, hogar o, para simplificar, podemos entenderlo tan sólo como “casa”, una estructura, con ciertos componentes, en donde se habita o se vive. De esta manera, el estudio más detallado de estos lugares en donde habitan, o habitamos, e interactuamos los seres vivos, sería la ECOLOGÍA.

Por su parte, la palabra SISTEMAS (del latín: Unión de cosas de una manera organizada), merece una explicación un poco más larga. Ésta proviene del desarrollo de una Teoría, que justamente se llama: TEORÍA DE SISTEMAS. Esta teoría fue desarrollada por dos investigadores cuyos nombres eran: Norbert Wiener (un matemático estadounidense dedicado a la computación), y Ludwig Von Bertalanffy (un biólogo austriaco), durante la década de los ’50 (1950-1960).

En la época en que estos dos investigadores desarrollaron su teoría, las ciencias biológicas estaban en una etapa temprana de desarrollo, y las explicaciones que se tenían respecto de cómo se comportaba la naturaleza de los seres vivos y sus interacciones, era bastante simple.

Un poco derivadas del desarrollo de las ciencias físicas, como la mecánica, la mayoría de los fenómenos se tendían a explicar como resultado de interacciones tipo CAUSA-EFECTO. Es decir, alguna cosa cambia (a la que llamaremos “causa”), lo que produce una consecuencia (a la llamamos “efecto”). Para los fenómenos más complejos, se pensaba en cadenas de causas y efectos, así como la imagen de las fichas de dominó puestas una al lado de la otra, y que caen progresivamente como consecuencia de darle un pequeño empujón a la primera de ellas. De ahí en adelante, el proceso continúa su curso sin detenerse hasta el final. Una seguidilla de causas y efectos sucesivos y concatenados, que incluso se pueden ramificar, si es que consideramos algunas extensiones laterales.

De esta visión simplificada proviene la idea de las “cadenas tróficas”, por ejemplo, en que la típica imagen del “pez más grande se come al más chico”, representa una cadena simple, lineal, en donde presas y predadores se ordenan de arriba abajo, con productores en la parte inferior, y predadores tope en la parte superior. Pero la naturaleza, se nos revela mucho más compleja que esta versión simplificada de las cosas.

A partir del desarrollo complementario y de las ciencias de la computación, y de la necesidad de construir relaciones lógico-matemáticas entre procesos que resolvieran problemas de ingeniería, se hizo evidente que la visión lineal de las cosas no era suficiente para abordar los problemas que se deseaban resolver. El simple modelo de causa-efecto, no permitía solucionar problemas importantes para la ingeniería, que tenían que ver con incorporar en los procesos, información relevante, proveniente del resultado de estos mismos procesos.  Un tipo especial de relación de información que se denominó RETROALIMENTACIÓN ó RETROACCIÓN, como traducción literal de la palabra en inglés: feedback, alimentar –feed– (con datos, o información), hacia atrás –back–.  

Esta sola modificación, que permitió desarrollar soluciones de ingeniería que requerían la posibilidad de poder corregir los procesos de acuerdo a los resultados que se iban obteniendo, resultó ser toda una revolución del pensamiento. Ya que, para empezar, se rompió la idea de linealidad o de simple encadenamiento de sucesos, para incorporar ahora, la noción de un bucle, un rizo, o en inglés: un loop. Un giro, una vuelta atrás. Una retro-acción que va a influir y modificar, los resultados futuros del proceso.

La posibilidad de incorporar esta nueva propiedad a cadenas de procesos complejos e interconectados abrió el espacio de la imaginación, pudiendo pasar de la visión lineal original, a un modelo que más bien se asemeja a una red bidimensional, un sistema de filamentos, unidos a través de nudos, que se extiende en todas las direcciones de un plano, y en donde cada nudo (o nodo) está atado (comunicado) con todos los demás, a través de los filamentos que los unen. Había nacido la noción se SISTEMA.

En la actualidad, es mucho más fácil entender las relaciones de los seres vivos con su entorno, de esta manera más compleja. Incluso hoy, las Ciencias de la Complejidad, han puesto en evidencia que los sistemas complejos pueden ser aún mucho más complicados que esto, con redes ya no solo desplegándose en un plano de dos dimensiones, sino que en un volumen, en donde también se interconectan redes puestas unas por encima de otras. Si a éstas, incorporamos ahora la variable del tiempo, en donde procesos que ocurren actualmente, o que han ocurrido hace años (decenas, cientos, miles, millones, o miles de millones de años), y que tienen su efecto en el pequeño, mediano y largo plazo, es posible tener entonces, una visión más realista, aunque mucho más enmarañada, acerca de cómo funciona la naturaleza.

La aceptación de estos principios fundamentales de las ciencias ecológicas, resultan ser imprescindibles para la Educación Ambiental y para el Modelo de Enseñanza-Aprendizaje de la EcoEscuela Científica y Ambiental, ya que los seres humanos, durante toda nuestra vida, estamos inmersos en este tipo de relaciones multidimensionales complejas, en donde se cruzan infinidad de variables, algunas visibles y evidentes, y otras invisibles, o escondidas, a primera (o segunda) vista.

Las relaciones humanas y los procesos de aprendizaje involucran, además, la participación de un sistema nervioso y un cerebro, muchísimo más complejo de lo que podemos llegar a imaginar o entender todavía. Con un desarrollo, que va incorporando progresivamente, experiencias sucesivas o simultáneas, emociones, sentires, sentimientos, explicaciones y decisiones, que van dando forma a nuestra personalidad, y a la manera de sentir, pensar, creer, decir, y actuar.

El conocimiento y respeto por estos procesos naturales, nos permiten ver, y salvaguardar la identidad e individualidad de cada componente, integrado en esta maravillosa trama de interacciones, que nos permite la existencia en este planeta, en absoluta dependencia mutua.